Cada vez sale menos rentable mantener una vivienda sin habitar.
Mientras los precios de las viviendas siguen bajando a cuentagotas, los gastos
comunes de una casa y la subida de los impuestos relacionados con los inmuebles
no cesan de subir. Desde las subidas de la luz, el agua y la cuota de la
comunidad de vecinos hasta el aumento de las tasas de basuras o el aumento del
Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI).
Tampoco hay que dejar de pensar en el pago de la hipoteca. Si se
sigue pagando por la vivienda vacía o la posibilidad de que surja un gasto
imprevisto como la rotura de una cañería. El gasto medio del mantenimiento de
una vivienda durante un año alcanza los 2.000 euros, según estimaciones de
Alquiler Seguro.